La
marihuana no produce adicción física. Los fumadores pueden consumirla
diariamente durante muchos años y abandonarla sin dificultad. Cuando se
le pregunta a un antiguo fumador cómo la dejó, una respuesta típica es
sencillamente, no la he vuelto a probar.
Cuando los expertos comparan la marihuana con el alcohol, la nicotina, la cocaína, los opiáceos, la cafeína y otras drogas psicoactivas, la colocan al final, o casi, de la lista en términos de potencial de dependencia, reforzamiento y abstinencia.
Sin embargo, como cualquier placer humano, el consumo de marihuana puede llegar a ser un hábito muy fuerte para cierta minoría. Alrededor del 10% de los consumidores lúdicos tienen problemas para controlar su uso. En su mayoría, son personas que tienen también problemas con otras drogas.
Algunos programas de tratamiento contra las drogas actúan sobre consumidores compulsivos de marihuana, pero estos usuarios representan una mínima proporción entre los inscritos de dichos programas.
Una minoría de consumidores lúdicos habituales, con muchos años de consumo a elevadas dosis, pueden sufrir un pequeño síndrome de abstinencia cuando abandonan la marihuana. Este incluye ansiedad moderada, depresión, pesadillas, dificultades para dormir, sueños muy vívidos, irritabilidad, temblores, sudores, náuseas, convulsiones musculares y desasosiego.
Estos síntomas, aunque moderados, pueden durar unos pocos días, pero solo son notables en consumidores muy empedernidos, e incluso entonces no representa ningún obstáculo para el abandono del hábito.
Cuando los expertos comparan la marihuana con el alcohol, la nicotina, la cocaína, los opiáceos, la cafeína y otras drogas psicoactivas, la colocan al final, o casi, de la lista en términos de potencial de dependencia, reforzamiento y abstinencia.
Sin embargo, como cualquier placer humano, el consumo de marihuana puede llegar a ser un hábito muy fuerte para cierta minoría. Alrededor del 10% de los consumidores lúdicos tienen problemas para controlar su uso. En su mayoría, son personas que tienen también problemas con otras drogas.
Algunos programas de tratamiento contra las drogas actúan sobre consumidores compulsivos de marihuana, pero estos usuarios representan una mínima proporción entre los inscritos de dichos programas.
Una minoría de consumidores lúdicos habituales, con muchos años de consumo a elevadas dosis, pueden sufrir un pequeño síndrome de abstinencia cuando abandonan la marihuana. Este incluye ansiedad moderada, depresión, pesadillas, dificultades para dormir, sueños muy vívidos, irritabilidad, temblores, sudores, náuseas, convulsiones musculares y desasosiego.
Estos síntomas, aunque moderados, pueden durar unos pocos días, pero solo son notables en consumidores muy empedernidos, e incluso entonces no representa ningún obstáculo para el abandono del hábito.
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